martes, 8 de diciembre de 2009

Las desgracias son inspiradoras

Sólo escribes cuando sientes el impulso de hacerlo.
Sólo sientes el impulso cuando te sientes desgraciada (y, admitámoslo, muchas veces te encanta sentirte desgraciada, es cuando mejor escribes).
Estás acostumbrada a regodearte en las desgracias, tus libros preferidos son tristes y melancólicos, tus películas preferidas no tienen final feliz.

Supongo que aburrirte en casa como una ostra sólo puede perpetuar esta situación. Es más melodramático (¡maldita palabra!) encerrarte en tu habitación y llorar porque nadie te llama, porque nadie se acuerda de tí, que salir a la calle y desahogarte. ¿Dónde está el romanticismo en reírse a carcajadas?

Pero te encanta escribir. Es la oportunidad perfecta para utilizar palabras de cuatro sílabas, para pronunciar "regodearte" y notar el enredo de la lengua, aunque sólo sea en tu cabeza. Escribes y escribes sobre verdades a medias y mentiras al por mayor, sobre sonrisas que no existen y miradas que jamás deberían haber existido, todo muy oscuro, todo muy sobrecogedor...

Y así, contésta a mi pregunta. ¿Que escribirás el día que seas feliz?

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