Sólo escribes cuando sientes el impulso de hacerlo.
Sólo sientes el impulso cuando te sientes desgraciada (y, admitámoslo, muchas veces te encanta sentirte desgraciada, es cuando mejor escribes).
Estás acostumbrada a regodearte en las desgracias, tus libros preferidos son tristes y melancólicos, tus películas preferidas no tienen final feliz.
Supongo que aburrirte en casa como una ostra sólo puede perpetuar esta situación. Es más melodramático (¡maldita palabra!) encerrarte en tu habitación y llorar porque nadie te llama, porque nadie se acuerda de tí, que salir a la calle y desahogarte. ¿Dónde está el romanticismo en reírse a carcajadas?
Pero te encanta escribir. Es la oportunidad perfecta para utilizar palabras de cuatro sílabas, para pronunciar "regodearte" y notar el enredo de la lengua, aunque sólo sea en tu cabeza. Escribes y escribes sobre verdades a medias y mentiras al por mayor, sobre sonrisas que no existen y miradas que jamás deberían haber existido, todo muy oscuro, todo muy sobrecogedor...
Y así, contésta a mi pregunta. ¿Que escribirás el día que seas feliz?
martes, 8 de diciembre de 2009
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