jueves, 6 de enero de 2011

Porque si miras fijamente al futuro te quedas bizco

No puedes ni sospechar lo que se acerca.

Porque lo que pase no sólo depende de ti, ni de ella, sino de todo aquel que se relaciona con los demás en esta realidad, y en un momento determinado toma una decisión y ésta resulta ser correcta, o incorrecta, o no tiene más trascendencia que el ahora, pero sin que tú hubieras podido preverlo, vuestros labios han entrado en contacto.

La besas sin pensar en las consecuencias. La besas porque quieres meter tu mano en su ropa interior sin que ella piense en violación, la besas porque te apetece tener compañía en tus paseos y estás cansado de ir solo al cine, pero no la besas pensando en que será la chica a la que dejarás embarazada o la que te romperá el corazón por primera vez.

Porque sabes que tu mano acabará entre sus piernas, pero ¿cómo vas a saber que papel jugará en tu futuro? No tienes forma de averiguarlo. Ni siquiera deberías querer averiguarlo.

Porque parte de la gracia está en no saber. En hacerte el listo y decir "te querré para siempre" aun sabiendo que es mentira y que el futuro no existe.

Porque para cuando llegue tu futuro, ya será tu presente y no podrás hacer nada. Esto no debería ser un motivo para asustarte. Si decides que no quieres jugar, si eliges que no pase nada, has de saber que la única persona responsable de tu situación eres tú.

Porque aunque no sepas lo que pasará después de que vuestros labios entren en contacto, es divertido jugar.

Y mientras tanto mi mundo implosiona y yo todavía no me he enterado.
 
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.