viernes, 22 de enero de 2010

Hambre

Te has vuelto a quedar dormido leyendo, y cuando entro en la habitación te encuentro con las gafas ladeadas y la boca entreabierta. Te miro detenidamente, sopeso la situación y decido que ha llegado el momento.

Me subo a la cama cual gata, primero apoyando las manos, luego una pierna, después la otra. No aparto la mirada de tí, pero tú ni te inmutas, si acaso rebulles ligeramente al notar mi peso sobre el colchón.

Nuestra cama es pequeña, y te alcanzo en dos avanzadas de manos y dos golpes de caderas. Sé que nadie me ve, pero yo muevo las caderas igual que una leona dando caza a su presa. Las caderas. Mis caderas. Desde aquí puedo oirte respirar.

Mi pelo se eriza, soy presa de la excitación. Pero soy consciente de que tengo que disfrutar de este momento, porque después de él no habrá nada.

Las uñas pintadas de rojo obedecen mi mandato, y recorren tu brazo trazando una línea invisible. Y esta vez sí, tiemblas, te despiertas sobresaltado. Tu mano entre mis manos, se acerca a mi boca, y sientes más que ves mi lengua recorriendo el dorso de tu mano. Sonríes, de medio lado. ¿En serio tengo la lengua tan caliente?

Mis ojos color hoja te observan, oculto mi cara detrás de nuetras manos, y tu sonrisa duda, cuando mis uñas se clavan en tí. Desplazo mis labios por tu brazo, inhalo tu calor. Tu calor, que pronto será mío.

Abro la boca lentamente justo antes de llegar al codo, y te dejo ver mis colmillos, sin apartar mis ojos de los tuyos. Entiendes, y permites. Y muerdo.

Si te duele, no lo dices. Yo me centro en la sangre que se resbala por tu brazo, lamo despacio pero termino por sorber a grandes tragos. Rojo por todas partes, en mi cara, en mi pecho, en las sábanas. Rojo.

El segundo mordisco es más profundo, y arranca un trozo de carne. No lo pienso mucho, mastico, trago, y cierro los ojos. Estás delicioso.

El último mordisco es más un movimiento de lengua, desprendiendo el último pedacito de carne adherida a tus huesos. No queda más de tí que eso, huesos, y los miro con añoranza. Eras un encanto, pero tenía tanta hambre...

2 comentarios:

  1. este me gusto mucho, pero ponte algo nuevo no? que hambre ya tengo yo de sobra... :P

    ResponderEliminar
  2. jajajajajajajajaja por fin he puesto una web al tuntun y existe!! sabía que este momento llegaría.

    ResponderEliminar

 
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.